Ánima Mundi: significado

El Ánima Mundi o alma del mundo es un antiquísimo concepto filosófico que es de plena actualidad y que guarda relación con los principios del hermetismo, porque poco a poco los seres humanos en este siglo XXI están tomando conciencia de que la relación que tenemos con el planeta y la naturaleza quizás no sea la adecuada.

La sobre explotación de los recursos naturales está poniendo de manifiesto ante nuestros ojos que los abusos cometidos están afectando gravemente a la naturaleza y no nos queda más remedio que empezar reconocer a nuestro planeta como un ser sensible y delicado que silenciosamente consigue que el milagro de la vida se perpetue a través de un  frágil equilibrio donde cada viento, cada lluvia, cada estación, cada día , cada noche, cada mineral, planta, insecto y animal participan coordinadamente de forma activa y pasiva para que el milagro se produzca. El ser humano en general se siente separado de la naturaleza; la teme, vive alejado de ella y la considera como algo ajeno, de lo que beneficiarse de una u otra manera, sin ser consciente de que ella elabora el aire que respiramos, el agua que bebemos y produce toda clase de frutos con que alimentarnos. Olvidamos que también nos hizo a nosotros, que nosotros también somos naturaleza. Olvidamos que nosotros dependemos de la naturaleza y no ella de nosotros.

Es tiempo de recodar (de volver al ORIGEN) que somos uno con la naturaleza como todavía sienten algunas tribus indígenas en la selva del Amazonas, que son uno con la selva, que son guardianes de la selva poseedores de ella, que todavía hablan con los árboles y las plantas, que agradecen el aire que respiran y el agua beben.

Ánima Mundi: significado

La idea de que el mundo tiene su propia alma, que anima a todos los seres que la habitan es expresada de diferentes formas por muchas de las culturas ancestrales. En nuestra cultura se le atribuye a Platón la creación del concepto:

 “Este mundo es, de hecho, un ser viviente dotado con alma e inteligencia […] una entidad única y tangible que contiene, a su vez, a todos los seres vivientes del universo, los cuales por naturaleza propia están todos interconectados.

Platón, Timeo 29, 30

 

En la visión de los antiguos filósofos neoplatónicos todo en el universo estaba vivo, todo es naturaleza, todo está aparentemente separado, pero íntimamente unido. En ese concepto se fusiona el concepto de naturaleza, alma y espíritu.

La naturaleza comprende todas las criaturas visibles o invisibles de todo el universo.” …” La Naturaleza es la masa de todos los seres que componen este universo, y el principio distinguido de Dios, aunque emanado de él, que lo anima.” “Lo que llamamos naturaleza esencialmente es el fuego universal o Anima Mundi, que llena todo el sistema del universo; y que por lo tanto es un agente universal, omnipresente y dotado de un instinto infalible”

Dios sacó la Naturaleza de la nada por la virtud de su Verbo, que él había engendrado por toda la eternidad. Él quiso, y el verbo engendró un vapor, una niebla o un humo inmenso, e imprimió en él su virtud, es decir, un espíritu lleno de fuerza y potencia.

Este vapor se condensó en un agua que los Filósofos han llamado universal y caótica, o simplemente caos; es de esta agua que el universo ha sido formado: es ella quien ha sido, como lo es todavía y lo será siempre, la materia primera de todas las cosas.

Libro: Aurea Catena

 

Por lo tanto, había un concepto que superaba el del alma del mundo, que era el alma universal, aunque a veces se confundían.

“Alma universal, que no está contenida en ninguna especie particular, deja ver un fuego informe que manifiesta en torno al mundo entero, el alma universal, única, indivisible e informe del Todo”

Jamblico, Sobre los misterios egipcios.

Tenían un concepto holográfico de la realidad del universo en el que del espíritu universal nacían todos los espíritus, del alma universal nacían todas las almas y de la materia universal (materia primera) nacían todas las materias.

“Así los elementos que se unen en un todo forman una unidad a partir de una pluralidad, y más almas se mezclan en una sola alma, la universal.” Al alma le corresponde participar siempre del orden intelectual y de la belleza divina.”

Jamblico, Sobre los misterios egipcios.

Así en la trinidad Espíritu-Alma-Materia, el alma hace de intermediaria entre el espíritu y la materia y dispone de dos virtudes una intelectiva que le une al espíritu y otra sensitiva que le une a la materia. El alma es la encargada de manifestar el universo inteligible e intangible de las ideas de Platón en el mundo materia. Une lo invisible con lo visible.

Así el alma del mundo traslada la inteligencia divina y la belleza y la expresa a través de la naturaleza que observamos. Una naturaleza donde todos los seres que la habitan; árboles, plantas, mariposas, abejas, aves, lobos…. conforman una armonía milimétrica donde cada uno de los seres tiene una función por sí mismo y otra respecto del equilibrio de la naturaleza. Las abejas polinizan las flores mientras que las flores alimentan a la colmena.

No es difícil desde aquí intuir que hay algo invisible que ordena y da sentido a todos esos millones de seres que aparentemente obran egoístamente, pero en la práctica su acción resulta beneficiosa para la naturaleza entera, como los instrumentos de una afinada orquesta que entre todos generan una sinfonía plena de armonía y belleza, porque todas sus almas están conectadas con el ANIMA MUNDI que se encarga de concebir organizar y vitalizar todas las cosas naturales del planeta.

Observa la naturaleza ella te guiara” dicen los alquimistas.

El alma de los seres humanos está conectada con el alma del mundo y el alma universal, pero lo hemos olvidado, los chamanes todavía se acuerdan, porque cuando hablan de la naturaleza hablan de nuestras hermanitas las plantas y el hermano jaguar.
En nuestro cuerpo habitan billones de células, cada una con una función, con ocupaciones diferentes, pero todas están unidas con un mismo fin, la armonía del cuerpo y lo consiguen porque están conectadas con el alma de la persona, es por eso que cuando el alma falta después de la muerte, las células se desorganizan.  Imaginar que un grupo de células que se desconectan u olvidan del alma que las sustenta nos evocara con toda seguridad una enfermedad. ¡Dejemos de ser los seres cuyas almas se desconectaron del Anima Mundi! En lo profundo de nuestra alma esta la conexión con el alma universal, con la naturaleza, fuente de todo conocimiento.

Marsilio Finicio, filósofo, médico y astrólogo que, recupera el concepto de anima mundi en el renacimiento y que luego seguirán Paracelso u Giordano Bruno entre otros nos dice que:

“Dios atrae hacia sí al mundo” y la forma en la que dispone este magnetismo se llama belleza y la energía con la que nos atrae y las almas se atraen –ya que llevan en ellas la luz de la divinidad– se llama amor.

Llegados a este punto, sólo nos queda volver a citar a Platón en su teoría de la reminiscencia.

“APRENDER ES RECORDAR”

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